viernes, 30 de mayo de 2008

TERREMOTO DE SAN SALVADOR Y ERUPCION DEL VOLCAN DE QUEZALTEPEQUE

A las 18: 55, 19: 30 y 20: 45 horas del jueves 7 de junio de 1917, día de Corpus Christi, tres grandes terremotos de origen volcánico destruyen a San Salvador y a otras localidades como Apopa, Nejapa, Quezaltepeque, San Juan Opico, Santa Tecla, Armenia, San Julián, Sacacoyo, Tepecoyo, Ateos, Caluco y San Vicente.
las magnitudes calculadas posteriormente estuvieron entre 6,7 y 5,4 grados Richter e intensidades máximas de VIII grados Mercalli, su culminación la tienen en la erupción del cráter secundario de Los Chintos y en la evaporación de la laguna del Boquerón, ambos localizados en el volcán de San Salvador.
Este fue el principio de la tragedia más dolorosa que ha vivido la ciudad de San Salvador. Todo fue cosa de instantes. El terremoto cabalgó furiosamente sobre la tierra y en pocos minutos todo se derrumbó.
Dos días después, desde el atrio de la iglesia de San Jacinto, se podía ver una nube espesa de humo emergiendo desde las fauces del fatídico Jabalí. Pocas casas permanecían en pie en Mejicanos, pero en San Salvador la tragedia era total. "El alma se halla abismada de dolor en presencia del panorama desconsolador que presentan hoy sus habitantes, sus hermosos edificios, sus calles elegantes y sus hermosos paseos" se leía en LA PRENSA del 9 de Junio.
San Salvador en completa ruina, cien mil personas sin hogar. Deambulando tristes, ojerosas, despavoridas. Edificios volcados, mostrando enormes grietas, rótulos en el suelo, cornisas sosteniendose para caer en el siguiente temblor, estatuas arrancadas del pedestal, mujeres de todas las clases sociales en doliente actitud en tiendas de campaña, indiferentes a la lluvia de agua y de menuda arena, lanzada por el volcán.
En la plaza morazán carpas alojan a algunos. En la Avenida Independencia cientos han fijado su domicilio, lo mismo que en el Parque San José. En la Plaza de carrteas, en el Modelo, en el Campo Marte, la gente se refugia con desesperación con los ojos puestos en el cráter del volcán. Los talleres se han paralizado, no se trabaja, ante la espectativa de los temblores. Solamente la fé religiosa acompaña a los capitalinos en esta hora de desgracia.
Con pérdidas humanas calculadas en 1050 personas, a las que se une una cantidad indeterminada de heridos, los daños materiales evidencian que de cerca de las 9000 casas componentes de la ciudad capital, solo 200 quedaron intactas.
De los edificios nacionales, no sufren daños el Palacio y Teatro Nacionales, aunque sí resultan arruinados la Escuela de Medicina, la Escuela Normal de Maestros (aún en construcción), la Central de Correos y Telégrafos, el Hospicio de Huérfanos, la Catedral y demás templos, la Universidad, la Escuela Politécnica, el Palacio del Tesoro, el Municipal, los mercados, la Imprenta Nacional, la Penitenciaría, la Casa Blanca, la Logia Masónica, la Residencia Presidencial, los cuarteles, el Manicomio, los bancos Salvadoreño, Occidental y Agrícola, los teatros Principal, Colón y Variedades, etc.

FOTOS DE LOS EFECTOS DEL TERREMOTO